jueves, 3 de noviembre de 2016

Cómo librarse de las obsesiones


Tú no eres tu mente

Para librarte de las obsesiones y el pensamiento obsesivo hay varias ideas fundamentales que debes tener en cuenta:
1. Tú y tu mente no sois la misma cosa.
2. El trabajo de tu mente consiste en generar todo tipo de ideas, algunas buenas, otras malas, algunas racionales, otras irracionales, absurdas o sin sentido, y algunas aterradoras. Eso no puedes controlarlo. Tú no decides que idea genera u no tu mente.
3. Tu trabajo consiste en quedarte con las ideas que merece la pena considerar y descartar aquellas que son absurdas.
Por desgracia, tu mente no siempre te deja hacer tu trabajo, porque por mucho que tú te empeñes en no pensar en algo, tu mente se empeña con la misma fuerza en presentarte esa idea una y otra vez, de manera que te ves atrapado en un tira y afloja con tu propia mente que no te lleva más que a un estado de agotamiento, estrés y frustración.
En las páginas siguientes veremos algunas técnicas para afrontar tus obsesiones.

1. Sal de tu tren de pensamiento

En primer lugar, debes cambiar el modo que tienes de ver tu mente. Para hacerlo, imagina un tren con muchos vagones desplazándose por una vía. Cada vagón representa una idea que tu mente genera. Puedes visualizarlo como un vagón de carga donde hay una gran pancarta con el pensamiento escrito en ella. Así, en cada vagón habría un pensamiento como: "voy a llegar tarde", "tengo hambre", "soy torpe", "tengo que revisar el trabajo porque puede haber errores", "esta noche ponen mi serie favorita", "va a pasar algo horrible".
Así, el tren llevaría todo tipo de pensamientos y algunos de ellos serían tus pensamientos obsesivos.
Hay dos formas de ver ese tren de pensamientos: desde lejos, como si lo miraras pasar desde un puente, o desde dentro, cuando te has subido al tren y estás dentro de un vagón, dejando que el tren te lleve a donde quiera que vaya, mientras va tomando velocidad y cada vez te resulta más complicado bajarte.
Pero en vez de caerte sin más dentro del vagón de un pensamiento obsesivo, debes ser tú quien decide cuándo observar el tren pasar desde lejos y cuándo subirte en uno de sus vagones. Esto solo se consigue del siguiente modo:
1. Debes estar atento a los contenidos de tu mente.
2. Cuando surja un pensamiento obsesivo (o cualquier otro que no te interesa), no debes luchar contra él, sino observarlo, centrar toda tu atención en ese pensamiento para saber exactamente qué está pensando tu mente. Esta forma de verlo es muy importante porque te ayuda a no identificarte con tus contenidos mentales y darte cuenta de que son ideas generadas por tu mente, que no tienes por qué creerte ni tener en consideración si no lo deseas (recuerda cuál es el trabajo de tu mente y cuál es el tuyo).
Entonces le pones una etiqueta que lo resuma, como: "obsesión sobre repasar el trabajo mil veces" y luego lo imaginas en el vagón de tu tren de pensamiento, observando desde lejos, viendo como el tren se aleja llevándose tu pensamiento hasta desaparecer.

2. Sostén tus emociones

Sostener tus emociones significa que debes estar dispuesto a sentir tu ansiedad o malestar. Solo hay un modo de acabar con las emociones desagradables, y es sentirlas hasta el final y quedarse con ellas hasta que se agotan por sí mismas.
Para entender esto, haz primero una pequeña prueba: cuando sientas picor en una determinada parte de tu cuerpo y sientas el deseo de rascarte, no lo hagas. En su lugar, concéntrate en la sensación de picor, en su intensidad, donde está situada, como es, centra tu atención plenamente en esa sensación sin hacer nada más, mantén la atención sostenida en ella sintiendo el picor al 100%.
El picor acaba desapareciendo, a veces enseguida, a veces por puro aburrimiento te das cuenta de que de repente has desviado tu atención del picor, estás haciendo otra cosa, y el picor ha desaparecido. Con tus pensamientos y emociones puedes hacer exactamente lo mismo.
Si tu obsesión te genera ansiedad, tristeza, ira u otro tipo de malestar, concéntrate en la emoción que estás sintiendo, observa cómo es, ponle nombre, descríbela, acepta esa emoción y proponte sentirla mientras esté ahí. Es decir, debes estar dispuesto a sentirla sin hacer nada para dejar de sentirla y quedarte ahí, con ella. ¿Qué pasa cuando haces eso? Que la ansiedad acaba desapareciendo, porque es así como funciona la mente humana, que es incapaz de permanecer en un mismo estado mucho tiempo. Cuando "sostienes" el malestar y no dejas que tus obsesiones te empujen a realizar la compulsión, puedes hacer una vida normal a pesar de ellas, puedes hacer todo lo que desees a pesar de tus obsesiones.

3. Otras técnicas

Si las técnicas anteriores no son suficientes, puedes probar algunas de las siguientes. Son técnicas que te ayudarán a distanciarte de tus obsesiones y no acabar metido en el vagón y arrastrado por el tren del que hablaba al principio, sino que te ayudarán a dejar que el tren pase de largo sin subirte a él.
Recuerda siempre que tu objetivo no es que no se produzcan las obsesiones. Eso no es posible, no puedes controlar las ideas que genera tu mente, solo puedes controlar lo que haces con ellas (es decir, si te quedas con ellas o las dejas pasar) y tu propia conducta.
- Canta tu obsesión: ponle la música de alguna canción que te guste y cántala.
- Repite la obsesión en voz alta lo más rápido posible durante 45 segundos. Por ejemplo, si tienes un trastorno obsesivo-compulsivo relacionado con el lavado de manos, puedes repetir la palabra "lavamanos-lavamanos-lavamanos" una y otra vez a toda velocidad. Aunque parezca un poco absurdo, funciona porque te ayuda a distanciarte de tus pensamientos e impedir así que dominen tu conducta. Haz la prueba; es fácil.
Utiliza la metáfora de las hojas en el río.
- Escribe tu obsesión en una hoja, en letras grandes, ponla en la pared y obsérvala como lo haría un extraterrestre sin emociones que está observando a la especie humana.

- Describe lo que está pasando, lo que tu mente está haciendo: "mi mente está presentándome un pensamiento obsesivo y absurdo. Gracias, mente, por hacer tu trabajo". Esto también te ayudará a distanciarte. Cuanto más te distancies de tus pensamientos, menos te dominarán.
Ana Muñoz es psicóloga y escritora.


Agradecimientos.

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