domingo, 12 de noviembre de 2017

Trastorno de la personalidad dependiente.

Qué es el trastorno de la personalidad dependiente

Las personalidades dependientes subordinan sus propias necesidades a las de los demás. Dejan que los demás asuman las responsabilidades en las principales áreas de su vida. Su autoestima depende del apoyo y empuje de los demás. Incapacidad para estar solos, dependencia casi asfixiante sobre los demás, inseguridad, nula responsabilidad personal, temor obsesivo a ser abandonados.

Las anteriores son características principales y comunes a todas las personas con estos trastornos pero hay más:

·       Tiene dificultades para tomar las decisiones sin un excesivo aconsejamiento y reafirmación por parte de los demás.
·       Necesidad de que otros asuman la responsabilidad en las áreas fundamentales de su vida.
·       Tiene dificultades para expresar desacuerdo debido al temor a la pérdida de apoyo o aprobación.
·       Tiene dificultades para iniciar proyectos o para hacer las cosas a su manera.
·       Va demasiado lejos llevado por su deseo de lograr protección y apoyo de los demás.
·       Se siente incómodo o desamparado cuando está solo debido a sus temores exagerados.
·       Cuando termina una relación importante, busca urgentemente otra relación.
·       Está preocupado por el miedo al abandono y que tenga que cuidar de sí mismo.


Trastorno de personalidad dependiente o la fragilidad del “yo”

 

Entre los 10 tipos de trastornos de la personalidad recogidos en el DSM-V (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), el trastorno de personalidad más habitual es el trastorno dependiente. Estamos ante un cuadro clínico que se caracteriza, en esencia, por la falta notable de confianza en uno mismo y en la necesidad constante de recibir consuelo, seguridad y apoyo. Suele dar las primeras pistas en la adolescencia, sin embargo la sintomatología es más extrema y observable llegados los 40 años.

Por otro lado, tal y como hemos sugerido al inicio, es muy común que las personas que padecen el trastorno de personalidad dependiente rara vez sean conscientes de que lo que están sufriendo es una enfermedad. Solo cuando llegan al límite, cuando ven que no tienen control alguno de su realidad y de sí mismos, piden ayuda





¿Cuáles son las causas y cómo se diagnostica? ¿A quién suele afectar?


A día de hoy se desconoce qué causa este trastorno. Tenemos claro, por ejemplo, que aparece en la edad adulta y que algunos pacientes experimentaron en su infancia o adolescencia un trastorno de ansiedad asociado a la separación física de sus progenitores. Aunque cabe señalar, que este hecho no siempre es determinante.

Por otro lado, la prevalencia estimada de esta enfermedad en la población general es del dos por ciento (aunque se sabe que son muchas las personas que no siempre llegan a recibir el diagnóstico). Asimismo, es más común en mujeres que en hombres. Si nos preguntamos ahora cómo se lleva a cabo este diagnóstico, es importante destacar aquí la labor de los médicos de atención primaria. Ellos son casi siempre el primer filtro, el primer paso, y ellos quienes deben derivar a estos pacientes a profesionales especializados.

Hay una serie de factores que pueden contribuir a que desarrolles este trastorno.

·       Factores genéticos. Si alguien de tu familia ha tenido un trastorno parecido, ahí podría estar el origen.
·       Factores psicobiológicos. Existe un desequilibrio neurológico entre los sistemas límbico y reticular.
·       Factores psicosociales. Las personas dependientes buscan obtener relaciones protectoras. Tuvieron padres autoritarios y sobreprotectores.



Tratamiento para la personalidad dependiente

 


Como siempre ocurre en cualquier trastorno, cada paciente es único. En ocasiones, pueden existir más complicaciones, como depresiones, trastornos de ansiedad, trastorno de la personalidad por evitación, etc, que intensifican aún más el cuadro clínico a abordar.

Sin embargo, cabe recordar aquí que la combinación de la psicoterapia con un tratamiento farmacológico es efectiva en gran parte de los casos. La terapia cognitivo-conductual, por ejemplo, centrada en los patrones de pensamiento, en las creencias o en esa incapacidad para tomar decisiones es la que más éxitos suele atesorar.

No podemos olvidar tampoco que son tratamientos a largo plazo, enfoques que suelen combinarse cuidadosamente con antidepresivos o sedantes, ahí donde ir valorando regularmente la mejoría. Asimismo, y para terminar, no podemos olvidar tampoco el apoyo familiar y social del paciente. Ese entorno cercano es el tercer pilar en todo tratamiento, ahí donde el propio protagonista debe aunar esfuerzos continuos, compromiso y una clara voluntad por mejorar, por luchar por esa adecuada calidad de vida.

La terapia psicológica te ayudará a confiar más en ti mismo, en lo que puedes hacer, en tomar decisiones valientes, sin depender tanto de los demás.

Las herramientas con las que trabajamos nos permiten realizar un trabajo que permite cambios a nivel consciente e inconsciente.

Exploramos las causas que han intervenido en la aparición de la personalidad dependiente, accediendo a las emociones grabadas en tu cerebro a causa de experiencias anteriores.

Para ello y según el caso concreto, utilizaremos una o varias de las siguientes técnicas:

·       Técnicas cognitivo-conductuales
·       Hipnosis clínica
·       EMDR
·       Relajación

Todas ellas son vanguardistas y forman parte de lo que llamamos psicoterapia breve.



Agradecimientos.

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