Mucho se ha hablado de la frustración y cómo gestionarla, pero ¿Qué es realmente la frustración y cómo podemos afrontarla? Bien, para comenzar vamos a definir que es. Entendemos frustración como una respuesta de tipo emocional la cual tiene origen en un conflicto de carácter psicológico ante alguna circunstancia o evento no gestionado.
Esto nos lleva pues a que tal evento produce un impacto sobre nuestra persona y que dependiendo de diversos factores, algunos complejos de controlar, influyen en la correcta gestión de dicho impacto. Es lógico pensar que no todos somos capaces de gestionar un tema emocional de igual forma, porque como se suele decir cada persona es un mundo.
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Aunque no lo parezca, la frustración puede encontrarse de distintos tipos, los cuales vamos a explicar para tener una ligera comprensión de su aparición. Esto es así porque pueden aparecer por diferentes motivos o en diferentes formas. A continuación vamos a verlas de forma más definida y concreta.
La frustración de aproximación
La frustración de aproximación
Como su propio nombre nos indica la persona en esta situación se encuentra inmersa en una indecisión ante algún evento o circunstancia que provoca resultados, siendo estos tanto negativos como positivos. Entonces viendo este factor, podemos imaginar el impacto que produce y a qué nivel, dado que esta indecisión le produce frustración.
La frustración por evitación
Si evitamos algo está claro que estamos huyendo y en este caso y como nos podemos imaginar la persona huye, pero de dos aspectos negativos, y lo hace evitando las dos circunstancias que tienen lugar.
La frustración de compatibilidad
Se da en aspectos positivos, normalmente entre dos de ellos. Es decir la persona obtiene la posibilidad de alcanzar dos objetivos pero que no son compatibles entre sí.
La frustración muro
En este caso tenemos delante una barrera o muro que nos impide avanzar. Por tanto dicho obstáculo no permite a la persona avanzar, de ahí la frustración.
¿Por qué nos frustramos?
Bien, llegados a este punto y viendo las formas o situaciones que se pueden presentar en la frustración, la pregunta sería ahora ¿Por qué ocurre esto? Para comenzar comentar que el término frustración como tal y tomándolo de forma subjetiva, tiene carácter relativo, esto es debido que puede ser de diversas formas en las personas, como antes se comentaba. A algunas personas les causa frustración una situación y en cambio a otras no. Puede ser entonces que, dependiendo de nuestra vulnerabilidad, nos conduzca hacia una distinta forma de afrontación o gestión.
No olvidemos por otra parte que vivimos en una sociedad rodeados de deseos y satisfacciones que no siempre pueden ser satisfechas, creando el nacimiento de la frustración y de ahí una mala gestión del conflicto. Hoy día, por ejemplo, en una sociedad de consumo en un país desarrollado puede venir derivada de no tener acceso a consumo tecnológico, evidentemente en otra cultura u otro país esa frustración puede venir por conseguir alimentos. Pero sea como sea, la necesidad no satisfecha y mal gestionada produce pues dicha frustración y como vemos de diferente forma o en diferentes circunstancias individuales o sociales.
Si decimos individuales por ejemplo el éxito a nivel personal y el desarrollo personal no siempre cumple nuestras expectativas produciendo este malestar y este ¿Por qué no soy capaz? Sin embargo, gestionando correctamente el evento que la produce podemos solucionar dicho conflicto, muchas veces enmascarado en nuestros deseos interiores.
Es evidente por tanto que cuando se produce una frustración reaccionamos, porque devolvemos una respuesta, como una acción refleja para protegernos haciendo muchas veces de forma involuntaria, esto se le conoce como mecanismo de defensa. Este mecanismo puede ser introyectado en nuestro entorno muchas veces incluyendo al resto de personas a las que entre comillas contagiamos con nuestro malestar. Por ello es importante tanto para nosotros como para vivir en sociedad saber gestionar el conflicto en la aparición de la frustración.
Consecuencias de una frustración mal gestionada
Está claro entonces que si hablamos de conflicto, gestión y emoción debemos hablar de cómo puede afectarnos:
- Ansiedad: Cuando la frustración nos genera ansiedad, actuaremos con impaciencia y conductas repetitivas / nerviosas, el gran ejemplo sin duda el mordernos las uñas continuamente.
- Proyección: Antes comentábamos que una frustración puede ser proyectada hacía nuestro entorno de forma inadecuada (con ira o agresividad, por ejemplo), no olvidemos que muchas veces este tipo de conducta será inadmisible en la sociedad. En definitiva son impulsos descontrolados que debemos tener en cuenta.
- Evasión: Se trata de una sensación de fracaso y por tanto provoca el abandono del objetivo marcado.
- Imitación: Muchas veces queremos imitar al resto de personas para conseguir lo mismo que ellos, pero en exceso a la larga nos perjudicará porque perderemos nuestro modo de identidad, por tanto es mejor ser unos mismo/a.
- Presión: Nos referimos a la sensación de presión ante ciertos eventos que como suele decir, nos queda grande. Dicha presión es notable en la gestión por su forma de afrontamiento, especialmente en el mal resultado de su gestión.
- Sustitución: Cuando no somos capaces de realizar una actividad y la cambiamos por otra. Esto no siempre es positivo porque lo hacemos porque no somos capaces de conseguir la primera actividad no porque realmente queramos hacer otra actividad.
- Agresión: Puede pasarnos que llevemos a cabo conductas agresivas, y de hecho esto puede ser muy notable en personas con alta frustración.
Viendo todos estos factores, comentar que si notas que la frustración te está afectando de manera importante, es recomendable acudir a un profesional para que pueda tratarte. No olvidemos que aunque parezca algo simple, una frustración mal gestionada puede desembocar en problemas psicológicos graves o de mayor calibre de lo que en principio pensamos, sin olvidar que muchas veces será el resto de personas la que note en nosotros nuestro comportamiento ante nuestra propia frustración.
Consejos prácticos
A continuación algunos modestos consejos de carácter orientativo son:
- No buscar la perfección, ya que no existe.
- Promover la autoestima saludable e intentar evitar presiones, ser personas positivas con nosotros y con el resto.
- Reconocer nuestros errores para poder avanzar y afrontar mejor una circunstancia.
- Tener planes extra en la vida, no pensar que todo nos tiene porque salir bien la primera vez.
Ref.- Psicoactiva.com
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