sábado, 25 de febrero de 2017

La motivación y el cambio



INTRODUCCIÓN

En muchas ocasiones nos encontramos que por diferentes motivos no estamos totalmente motivados y centrados en seguir o iniciar el proceso de terapia. Especialmente en un inicio de la terapia es importante poner el foco en utilizar estrategias para favorecer el proceso de cambio y no tanto en técnicas concretas para manejar su problemática. Es fundamental en estos casos favorecer nuestra responsabilidad y nuestro compromiso sobre este proceso de cambio, promover una visión optimista con respecto al proceso de cambio. En este proceso, juega un papel importante la motivación, en la que nosotros tomamos un rol activo para nuestro cambio que posiblemente se avecina.


Sabrías determinar en qué fase te encuentras:

·       PRECONTEMPLACIÓN: No han considerado que tengan un problema o que necesiten introducir un cambio en alguna conducta.
·       CONTEMPLACIÓN: Es una fase caracterizada por la ambivalencia, una vez que aparece la toma de conciencia del problema.
·       PREPARACIÓN PARA LA ACCIÓN O DETERMINACIÓN: Cuando esa balanza se inclina hacia el lado del cambio durante un tiempo, la persona pasa a una fase de determinación o preparación para la acción, toma una decisión.
·       ACCIÓN: Es en la que se lleva a cabo el proceso de cambio de la conducta
·       MANTENIMIENTO Y RECAÍDA: Durante la etapa de mantenimiento el reto consiste en mantener el cambio conseguido y prevenir la recaída.


LA NECESIDAD DEL CAMBIO

Lo sabemos, los cambios cuestan. Los cambios duelen, pero son necesarios para nuestra evolución como personas con el fin de encontrar no solo la felicidad, sino el sosiego y nuestra propia integridad. Resulta curioso por ejemplo que en la cultura oriental la palabra “cambio” se represente con dos ideogramas que a su vez ilustran dos términos: “peligro” y “oportunidad”. Realmente significativo.

El cambio es parte de la vida y no un obstáculo insalvable que alguien pone a propósito en nuestro camino. Debemos ante todo dejar a un lado todas esas ideas negativas y posibles anticipaciones, que, seguramente, aún pondrán más espinas en nuestro sendero hacia el cambio. Porque todo miedo, es el filo de una tijera a punto de cortar nuestras alas. Y todos tenemos derecho a volar…




LA NECESIDAD DE AFRONTAMIENTO

Por qué los cambios nos producen miedo o incertidumbre? Pongamos un ejemplo. Debes cambiar tu residencia para encontrar trabajo o, simplemente, uno mejor. El miedo a no saber si va a ser lo acertado y si el coste emocional y personal va a valer la pena, es sin duda el principal temor hacia ese paso determinante que habrá de cambiar nuestra vida.

Sin saber cómo, las personas caemos en una realidad donde “lo que nos es conocido nos tranquiliza porque sabemos cómo debemos actuar”. Es decir, estamos en una especie de zona de confort donde a pesar de no ser plenamente felices en esta burbuja, lo que se haya fuera parece amenazante.




           LA VALENTÍA PERSONAL
Para ser capaces de iniciar o embarcarnos en ese cambio que tanto deseamos pero que no nos atrevemos a propiciar, necesitamos en primer lugar ser realistas y conscientes de nuestra situación. ¿Cómo te sientes en estos momentos? ¿Crees que estás realizado/a personalmente? ¿Estás en una realidad que de verdad deseas, con las personas que deseas? Cuando te miras al espejo ¿puedes decirte a ti mismo/a que eres feliz? Es verdad que pueden ser unas cuestiones muy determinantes, pero ahí está quizá la naturaleza de la cuestión a indagar, ahí estará tal vez la necesidad de cambio en algún aspecto de nuestra vida. Sea grande o pequeño.

Todo cambio implica una gran dosis de valor personal. Nos obliga a adaptarnos a las nuevas condiciones del entorno, ahí donde hemos de invertir buena parte de nuestro esfuerzo emocional y físico, a la vez que arriesgar nuestro bienestar y seguridad.

Lo principal es ir exponiéndonos poco a poco a determinadas situaciones, ahí donde podamos ir desarrollando estrategias de afrontamiento para salir hacia adelante, e ir aprendiendo al mismo tiempo. Porque si no nos arriesgamos no alcanzaremos nunca las aptitudes necesarias para ser valientes. Para arriesgar y tener el control de nuestras propias vidas.



Perder el miedo es apostar por la felicidad. Y seguro que también tú deseas alcanzarla.



Agradecimientos.

Gracias por visitar este blog de Psicólogo Getafe AlfaCrisol. Si es la primera vez que estas aquí también te invito a ver otros artículos o a visitar mi página web http://www.alfacrisol.com/, en Getafe (Madrid). 
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