domingo, 14 de enero de 2018

¿Aceptación & Resignación?


DEFINICIÓN

Entendemos  por ACEPTACIÓN  una  actitud positiva que ayuda a CAMBIAR las cosas  “sin cambiarlas por fuera”; la persona aprende así que “en ocasiones” las cosas no son como se esperan, aprende a “tolerar la frustración” que conlleva la vida, aprende a mostrarse paciente y tolerante con los demás y el entorno y aprende que “a pesar de todo” (adversidades, fracasos,…) la vida merece la pena ser vivida.

¿ACEPTACIÓN O RESIGNACIÓN? Descubre el poder transmutador de la aceptación
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A lo largo de nuestra vida, inevitablemente nos encontraremos con situaciones que no serán como deseamos y, por más que queramos, seremos incapaces de cambiarlas para que nos favorezcan.
La pérdida de un ser querido, ser abandonado por tu pareja, tener una enfermedad incurable, un despido laboral, suspender un examen final, etc., son situaciones que nos causarán dolor y sobre las cuales podemos sentirnos completamente indefensos. Aceptar lo que no podemos cambiar es la mejor vía posible para poder seguir adelante y tener una vida menos estresante, más pacífica.
Aceptar es abandonar la lucha hacia algo que no tiene solución (al menos, no la solución que desearíamos) y buscar otras vías que nos permitan vivir como nos gustaría.
La resignación, en cambio, implica creer que somos seres indefensos, impotentes, a merced del destino, o simplemente seres abandonados a la deriva, en un universo sin ningún sentido.
Aceptar el presente tal cual es, sin embargo, nos libera de una gran cantidad de energía que, de otro modo, estaríamos desperdiciando en la resistencia, en la oposición a lo que sucede.
La aceptación nos da poder. La resignación nos quita este poder.
Por su parte, la resignación -nacida del abatimiento y la impotencia-, nos lleva a la falta de acción, a no tolerar una determinada situación; como las cosas no resultan como queremos, nos cerramos completamente y caemos en una actitud pasiva y de
En la resignación, derrotados, nos llenamos de pensamientos negativos que nos hacen creer que no podemos mejorar nuestra realidad. Tal estado anímico nos lleva a pensamientos como: “Este es mi sino, no puedo hacer nada para cambiarlo, nací así, que mala suerte”. Así, solo nos limitamos a lamentarnos, perdiendo la ilusión de mejorar nuestra vida en el futuro (y sobre todo en el presente). Nos cerramos a nuevas posibilidades, tirando la toalla y conformándonos con la vida que tenemos, aunque no nos guste.
La aceptación no es, por tanto, sumisión; pero recuerda que, para cambiar algo, antes debes aceptar las cosas.



Algunas claves para promover LA ACEPTACIÓN



·       Desarrollar  un profundo y sincero AUTOCONOCIMIENTO   a partir de la reflexión y el análisis sobre las limitaciones y las capacidades personales.
·       Es importante, en ocasiones, DARSE TIEMPO  para hacer una asunción positiva o realista de la situación.  (Ejemplo: Periodo de duelo por ser querido - Etapas del duelo) Recuerda que el tiempo “doloroso” pasa lento, mientras que éste transcurre más rápido cuando es “entretenido”, “comprometido” o “efectivo”.
·       Resulta muy positivo  AUMENTAR  NUESTRA TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN: Aprender  a manejar aquellas situaciones  que  nos hacen desanimarnos y tener sensaciones desagradables; entender que son situaciones “normales” y que, aunque no nos agraden, pueden ayudarnos a mejorar  (sobre los errores) y a superarnos.
·       También es interesante  ajustar (o disminuir, en ocasiones,)  nuestra EXPECTATIVAS en relación a las cosas que esperamos a la REALIDAD.                                                     
·       Adoptar una actitud más paciente y tolerante en relación a las “cosas que te ocurren” disminuyendo la autoexigencia y la rigidez mental (“Debo ser perfecto”, “nada me debe estropear mis planes para hoy”,….)
·       Realizar  ANALISIS más realistas de MIS PROBLEMAS. Me puedo preguntar cosas del estilo: ¿Cuánto maniobrabilidad de cambio tengo en este asunto? ,¿este problema depende totalmente de mí?, ¿mi esfuerzo será suficiente?, ¿el tiempo cambiará algo las cosas?,….. Recuerda el dicho: “Si el  problema  tiene solución, para qué  preocuparse. Y si no tiene solución para que te preocupas entonces”.
·       En algunas ocasiones la aceptación  va a  ser más fácil si practicas EL PERDÓN. Te sentirás más aliviado/a de aquella carga emocional que te hacía estar enganchado al pasado.
·       Ser sinceros “por dentro”: En ocasiones NOS AUTOENGAÑAMOS, decimos que hemos ACEPTADO tal situación cuando realmente únicamente nos hemos RESIGNADO a ello (con importantes consecuencias negativas: irritación, culpa, estrés,…).

Si   piensas que las estas consecuencias son   claramente negativas para  tu salud y observas que no puedes ACEPTAR  tal situación, acude a un profesional que te ayude con  tu problema.


AGRADECIMIENTOS.

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