Numerosas personas recurren en
más de una ocasión a la evitación para eliminar la ansiedad que les generan ciertas situaciones. Sin embargo,
la evitación que se produce en trastornos más graves como puede ser la fobia social, es un tipo de evitación generalizada y se da
a nivel conductual, emocional y cognitivo. Estas personas evitan
prácticamente todo contacto con los demás debido a la gran ansiedad que sienten.
Es decir, no se trata de personas solitarias que prefieren tener pocos
contactos con los demás, sino que desean el afecto, la amistad y aceptación de
los demás pero tienen un miedo al rechazo tan profundo que impide el inicio o
la profundización de las amistades. Suelen considerarse a sí mismos
socialmente ineptos y ven los demás como superiores, pensando que los
rechazarían o criticarían si los conocieran. Desean acercarse a otras personas,
pero tienen pocas relaciones sociales, sobre todo pocas relaciones íntimas.
Temen iniciar el contacto o responder a la iniciativa de otros de acercarse a
ellos porque están seguros de que finalmente serán rechazados.
Origen del trastorno de personalidad evitativa
Las
personas con este trastorno tienen un patrón de pensamiento
disfuncional que es la base de su
comportamiento evitativo. Estas creencias reflejan la impresión que tienen de
sí mismos y de los demás.
Es posible que de niños hayan sido
criticados o rechazados por una persona importante
para ellos (padre, madre hermano, compañeros).
Esto
les llevó a desarrollar ciertos esquemas de pensamiento sobre sí mismos, como:
“Hay algo defectuoso o malo en mí”, “Soy inadecuado”, “No gusto a nadie”, No
encajo “,” Soy diferente y desagradable “, y sobre los demás:” Me rechazarán,
no les importo “, no les intereso”.
Afortunadamente,
no todas las personas que son rechazadas o criticadas por otros desarrollan un
trastorno evitativo. Para que esto suceda deben haber interpretado lo sucedido
mediante ciertos supuestos y creencias, como: “Si mi madre me trata así,
seguramente es porque soy una mala persona”, “Si los demás me rechazan es
porque soy defectuoso”, “no tengo amigos porque soy ridículo”, ” Si ni siquiera
les gusto a mis padres, es imposible que le guste a los demás”.
Y es que las personas evitativas
tienden a pensar que todos reaccionarán de la misma manera que aquellos que los
criticaron, ya que asumen
que hubo un motivo real para dichas críticas, y que
esto motivo es algo inherente a ellos (algo malo o defectuoso). Por lo tanto,
temen continuamente que los demás descubran estos defectos y los rechacen.
Además, tienen miedo de no poder soportar el malestar que les provoca el
rechazo, lo consideran como algo terrible que puede traerles consecuencias
realmente desastrosas. Esto es debido a que dichos esquemas se formaron en la niñez, época en
la que existe una mayor dependencia y necesidad de los otros para sobrevivir.
Este miedo les lleva a
evitar las relaciones y situaciones sociales.
Interpretan el rechazo de una manera totalmente personal, como si estuviera
provocado únicamente por sus carencias personales: “Me ha rechazado porque no
valgo nada”, “Piensa que soy idiota”. Al verlo así, siendo un malestar muy
intenso y para evitar este malestar, evita también las situaciones sociales.
Asimismo, las interpretaciones negativas que hace sobre los motivos de los
demás, refuerzan sus creencias básicas. Es decir: “Me ha rechazado porque
piensa que soy idiota; que corrobora mi idea de que la gente piensa mal de mí y
del que soy idiota”. Así se establece un círculo de pensamientos que alimentan
a sí mismos manteniéndose en el tiempo.
Características de la personalidad evitativa
·
Sensación de que hagan lo que hagan siempre van a ser rechazos,
criticados y apartados de cualquier situación.
·
Elevada auto-crítica, se ven a sí mismos como seres
completamente incompetentes en cualquier contexto. Es común que se digan a sí
mismos aquello de que “no están hechos para este mundo”.
·
Suelen evidenciar una elevada disforia, es decir, combinan la
tristeza con la ansiedad.
·
Utilizan un elevado “arsenal” de pensamientos disfuncionales:
“Es mejor no hacer nada, que intentar algo y fallar”. “Las personas de este
mundo siempre son críticas, aman humillar a los demás y son indiferentes a las
necesidades ajenas…”
·
Además de la evitación social, también practican la evitación
cognitiva, la conductual y la emocional. A saber, mejor no pensar, no hacer y
no gestionar mis emociones porque de este modo no tengo que hacer frente a eso
que me da tanto miedo y que yo mismo estoy propiciando.
A su vez, lo que causan estos
comportamientos es el refuerzo del círculo que mantiene a la ansiedad. Así,
poco a poco, y para protegerse de tanta emoción negativa, estas personas optan
por el aislamiento.
Tienen muchos problemas para
cambiar
Aunque sienten un gran deseo de
tener relaciones estrechas con los demás y de cambiar sus vidas, no se ven
capaces de hacerlo. Se sienten solos, vacíos e insatisfechos,
desean conseguir un trabajo mejor, hacer amigos, tener pareja, y, en general,
saben qué es lo que tienen que hacer para alcanzar estos objetivos, pero
consideran que el precio será demasiado alto: un dolor emocional demasiado
intenso como para poder soportarlo. Por este motivo, encuentran múltiples
excusas para no hacer lo necesario para alcanzar sus metas: “Si lo hago me
sentiré mal”, “No me gustará”,” Estoy cansado”, o simplemente “Lo haré más
adelante”. Además, no se creen realmente capaces de alcanzar sus objetivos y
anticipan el fracaso. Es también habitual que fantaseen sobre su futuro.
Piensan que no pueden alcanzar sus metas por sí mismos, pero que algún día
sucederá algo que cambiará sus vidas, que las cosas mejorarán sin que tengan
que hacer nada. Incluso en la terapia esperan que el terapeuta los “cure” sin
hacer ellos ningún esfuerzo. Ya que se ven como personas ineficaces, esta
curación debe llegar desde fuera.
Fuente.- Marta Guerri (PsicoActiva)
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