(Las obsesiones)
Las obsesiones son muy fáciles de identificar. SI CUMPLEN UNO SÓLO DE ESTOS 4 REQUISITOS, SE TRATA DE UNA OBSESIÓN:Es negativa,
Nos hace sufrir,
Dudamos, (es decir, unas veces nos parece real y otras no),
Se repite en nuestra mente.
Sólo con que la idea que aparece en nuestra
mente, cumpla UNA SÓLA DE ESTAS CARACTERÍSTICAS, LA RECONOCEREMOS, ENSEGUIDA,
COMO UNA OBSESIÓN.
Una obsesión es, en esencia, una preocupación,
(un temor). Por ese motivo, cuando la obsesión deja de preocuparnos, (al igual
que sucede con el resto y todo tipo de preocupaciones), simplemente,
desaparece. Así es como se eliminan las obsesiones de la mente de una persona
que sufre Toc.
¿Cómo podemos conseguir que una obsesión no nos
preocupe para así, poder eliminarla progresivamente?
Debemos NO RUMIARLA NI COMPULSIONAR.
Es decir, cuando aparezca la obsesión, NO LA ANALIZAREMOS,
Debemos NO RUMIARLA NI COMPULSIONAR.
Es decir, cuando aparezca la obsesión, NO LA ANALIZAREMOS,
De la misma manera, NO COMPULSIONAREMOS, (o lo
que es lo mismo): NO REALIZAREMOS AQUEL COMPORTAMIENTO O ACCIÓN DETERMINADA QUE
ALIVIA MOMENTÁNEAMENTE NUESTRA ANSIEDAD.
SI LOGRAMOS DEJAR LA OBSESIÓN APARCADA, (aunque en un primer momento nos afecte), Y SEGUIR CON AQUELLO QUE ESTUVIÉRAMOS HACIENDO; SI NO NOS PARAMOS A RUMIARLA NI COMPULSIONAMOS pero SOBRETODO, SI LOGRAMOS NO DARLE IMPORTANCIA A LA OBSESIÓN, AL FINAL, ESA OBSESIÓN, DEJARÁ DE SER UNA PREOCUPACIÓN PARA NOSOTROS Y POR LO TANTO, DEJARÁ DE SER, TAMBIÉN, UNA OBSESIÓN. (Y TERMINARÁ POR DESAPARECER).
Técnica de Exposición:
La persona tiene que permanecer frente al estímulo que le
produce ansiedad el tiempo suficiente hasta que su ansiedad se reduzca a cero y
sin que realice ninguna conducta de escape o evitación, lo que en psicología
llamamos conductas de seguridad.
Las conductas de seguridad equivalen a ESCAPAR o HUIR del
miedo. Son las estrategias y los comportamientos que la persona pon en marcha
para ponerse a salvo y reducir así su malestar y ansiedad. Cuando el cliente
llega a terapia hemos de evaluar muy bien cuáles son sus conductas de
seguridad, porque en la EPR tendrá que enfrentarse a su miedo sin ellas.
Una vez en exposición, si la persona no baja su ansiedad hasta
cero (o muy próximo a cero, por ejemplo 1) la técnica no se puede interrumpir,
ya que esto perjudicaría al cliente y la próxima vez que aparezca al
objeto que teme tendrá mucho más miedo que antes de la exposición. Esto
perjudica la terapia porque su miedo se hará más fuerte y su ansiedad se
disparará mucho más rápido y de manera más intensa, con lo que estará tentado
de escapar o evitar el estímulo temido. Lo cual es
exactamente lo opuesto a lo que queremos lograr en terapia.
¿Qué comprueba una persona
cuando se expone?
Que
la ansiedad no sube y sube y sube y sube… hasta el infinito y más allá, sino
que sube rápido, después llega a un techo y a partir de ahí la ansiedad, que tan
desagradable le resulta al cliente, comienza a ir descendiendo progresivamente
hasta desaparecer.
A esto lo llamamos la curva de la ansiedad y hace referencia al comportamiento natural de la ansiedad humana cuando no escapamos de nuestro miedo.
A esto lo llamamos la curva de la ansiedad y hace referencia al comportamiento natural de la ansiedad humana cuando no escapamos de nuestro miedo.
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