Fuente: por Isabel Serrano
Hay una frase que todos o la mayoría hemos podido decir o nos han
dicho en algún momento, “perdono pero no olvido”,
probablemente sí fuéramos capaces de olvidar no sería necesario perdonar.
En ocasiones, resulta difícil perdonar cuando alguien nos hace
daño, cuando nos sentimos traicionados y engañados pero veamos el perdón como
un proceso necesario para sentirnos bien con nosotros mismos.
Perdonar es ¿un pensamiento, una emoción o una conducta?
1º El perdón es una conducta elegida de forma voluntaria y
libre.
2º Perdonar es un proceso que se puede llevar a cabo sin que se
nos haya pedido perdón por la ofensa o el malestar causado.
Con esto me refiero al perdón entendido como proceso terapéutico
en sí necesario para nuestro bienestar. El rencor, el odio, son emociones que
hacen que sigamos estando controlados por otros
3º Perdonar es un acto individual y la reconciliación requiere de dos.
Se puede perdonar sin que haya reconciliación, pero para que la
reconciliación sea posible es necesario pedir perdón y perdonar
4º Existen diferentes niveles
de perdón:
– Uno basado en dejar de tener
pensamientos relacionados con la búsqueda de venganza, con lo
injusto que ha sido lo que ha ocurrido y con desearle al otro, como mínimo, lo
que estás pasando tú,…
-El segundo nivel hace referencia a la puesta en marcha de conductas constructivas hacia el otro, deseándole que las cosas le vayan bien o dejar de llevar a cabo conductas destructivas (hablar mal de esa persona, por ejemplo)
5º El perdón es un proceso que
requiere tiempo, no es algo que ocurre en cuestión de días.
Pensemos por un momento que estás recibiendo
rehabilitación tras una rotura de pierna. Las primeras sesiones suelen ser de
valoración y estimulación para posteriormente ir forzando las zonas afectadas y
recuperar flexibilidad, musculatura y elasticidad. Tras varias sesiones en las
que no te han hecho daño, acudes a la siguiente donde lo pasas algo mal aunque
sabes que es necesario forzar la zona. El malestar que te genera no es
interpretado como un retroceso sino como necesario para tu rehabilitación.
A lo largo del proceso de perdón vuelven los pensamientos que nos
recuerdan lo ocurrido, es el momento de no olvidar que el objetivo es perdonar,
y que pensar sobre lo ocurrido no te conduce a la meta prevista. Cada vez que
nos vengan esos pensamientos podemos intentar decirnos ” si, eso pasó pero yo
he decidido perdonar por mi bienestar”, y no interpretar que aparezcan como un
signo de retroceso sino como un momento para decidir que hacer con ellos.
Aunque
perdonar no es una conducta fácil, los beneficios que reporta a quien lo da es
mayor que para quien lo recibe.
Agradecimientos.
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Dedicado a un chaval de 17 años ...... que necesita perdonar a su padre. ojala que lo consiga algún día.
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