¿Qué es la
asertividad?
¿Estás satisfecho con el modo en
que te relacionas con los demás? ¿Sientes que puedes ser tu mismo en tus
relaciones? La asertividad es la habilidad que nos permite expresar
nuestros pensamientos, opiniones y emociones de una manera adecuada a la situación,
todo ello sin pasar por alto y respetando estos aspectos en los demás.
La asertividad incluye el respeto a uno mismo y a los
demás. Las personas asertivas conocen y defienden sus derechos, pero al
mismo tiempo tienen en cuenta los derechos de los demás. Como
veremos, saber ser uno mismo ante los otros, del modo adecuado, tiene
innumerables ventajas.
Las personas asertivas se sienten mejor consigo
mismas, desarrollan relaciones de más calidad y actúan de forma que disminuye
la probabilidad de tener conflictos, al tiempo que
optimiza las opciones de solución de problemas cuando éstos se dan.
¿Qué implica ser
asertivo?
Ser asertivo supone tener habilidades
sociales, es decir, poseer la capacidad de relacionarte y solucionar conflictos
de forma adecuada. Desde el punto de vista de las habilidades sociales
existen tres posibles estilos de comunicación: el estilo pasivo, el
estilo asertivo y el estilo agresivo.
Las principales características de cada uno de estos
estilos de comunicación son las siguientes:
· El estilo
pasivo implica no ser capaz de expresar los propios sentimientos,
pensamientos o creencias por miedo a ser rechazado o falta de confianza en uno
mismo. Las personas con estilo de comunicación pasivo
se muestran inhibidas e inseguras (p. ej., tono de voz bajo, titubeos,
disculpas continuas, etc.). La mayoría de las veces se dejan llevar por los
demás y no respetan sus propias necesidades e intereses. Este
comportamiento hace que la persona se sienta incomprendida y no tomada
en cuenta, lo que puede generar sentimientos de desanimo y baja autoestima.
· El
estilo agresivo es todo lo contrario al anterior. La
persona con estilo agresivo impone sus pensamientos, sentimientos u
opiniones sin considerar las de los demás. Suelen “llevar la voz
cantante” y pueden resultar intimidantes (p. ej., tono de voz alto, invasión
del espacio personal de otros, gestos bruscos, amenazas o agresión verbal,
etc.). Las personas que rodean a alguien así la siguen para evitar
el conflicto pero en el fondo no aprecian a quien las manipula e ignora sus
necesidades. A largo plazo este estilo puede conducir también al
aislamiento y generar sentimientos negativos y baja autoestima.
· En
el punto medio y equilibrado entre los estilos anteriores se sitúa el
estilo asertivo. La persona asertiva defiende sus opiniones y
derechos, o expresa sus sentimientos de forma adecuada y respetando estos
aspectos en los demás. Son personas seguras de sí mismas pero que
resultan amables (p. ej., hablan de manera fluida y con un tono adecuado, miran
a los ojos sin resultar desafiantes, etc.). Al mostrarse como son de
verdad tienen más probabilidades de desarrollar relaciones de calidad,
en las que aprecian y son apreciados, lo cual favorece que se sientan bien y
tengan buena autoestima.
Ventajas de ser
asertivo
Mostrarnos como somos y
defender nuestros derechos sin ser agredidos ni agredir tiene innumerables
ventajas para la salud. Las personas asertivas muestran más
auto respeto, más bienestar psicológico, menos problemas de ansiedad y
depresión, y gozan de mejor autoestima.
Los beneficios de la asertividad se han
demostrado en muchos estudios. Por ejemplo, una investigación
reciente muestra que enseñar a los adolescentes a ser más asertivos produce una
disminución del nivel de estrés, la ansiedad y la depresión que
presentaban.
El entrenamiento en asertividad obtiene en general
buenos resultados además de tener un bajo costo en comparación con otras
alternativas. Puede estar especialmente indicado en etapas
como la adolescencia donde se agravan los conflictos sociales. Las relaciones
con los demás tienen un papel destacado en la construcción de la propia
identidad.
Además de poderse utilizar para prevenir
problemas futuros en etapas escolares más tempranas o para mejorar las
habilidades sociales en cualquier edad en población sana, los
programas de asertividad se usan como parte integrante del tratamiento
de múltiples problemas psicológicos. Por ejemplo, en problemas de ansiedad
social, adicciones, esquizofrenia, trastornos de personalidad y afectivos, etc.
En definitiva, tener un estilo comunicativo
asertivo nos permitirá tener relaciones basadas en la madurez, la
confianza y el respeto, que nos llevará a que nos valoremos más y a
prevenir, o en su caso resolver del mejor modo posible, los conflictos diarios
con las personas que nos rodean.
¿Cómo actuar de
forma asertiva?
Si queremos aprender a ser
asertivos podemos recurrir a un programa de entrenamiento en
habilidades sociales. Estos programas inciden sobre los diversos
factores que afectan al modo en que nos relacionamos con los demás. Se
trabajan elementos perceptivos (p. ej., sensibilidad a los elementos no
verbales que acompañan a la comunicación, etc.), cognitivos (p. ej., miedo
exagerado a la crítica, expectativas negativas sobre la propia ejecución,
etc.), emocionales (p. ej., saber identificar las emociones de los demás)
y comportamentales (p. ej., realizar de forma satisfactoria los
comportamientos sociales básicos como iniciar y mantener conversaciones, saber
decir no, etc.).
A continuación, se presentan
algunos de los elementos o características que definirían
al estilo comunicativo asertivo. Puedes encontrar más información sobre el
tema consultando el Manual de evaluación y entrenamiento de las habilidades sociales de
V. E. Caballo (2015).
· La
mirada. En las conversaciones entre los seres humanos
abundan las miradas recíprocas que comunican información y forman parte de las
interacciones. Para ser más asertivo, puedes mirar más a tu
interlocutor a los ojos, lo cual te permite transmitir confianza.
· La
expresión facial. Se trata de un elemento clave de la
comunicación que nos permite expresar nuestras emociones, proporcionando
información sobre nuestra reacción a las actitudes e intenciones de la
otra persona. Las expresiones faciales que acompañan al mensaje
pueden transmitir genuinidad cuando son coherentes con el mensaje o generar
desconfianza, cuando no hay congruencia entre lo que se dice y la expresión
facial con que lo decimos.
· La
postura corporal. Si
quieres ser más asertivo, puedes adoptar una postura corporal
cercana (p. ej., poniéndote en frente de la persona con la que estás
hablando, aunque respetando el espacio personal del otro), y
abierta (sin cruzar brazos o piernas).
· Los
gestos. Los movimientos
naturales y espontáneos denotan seguridad y franqueza, acompañando de
manera coherente lo que estás intentando expresar.
· Cómo
se transmite el mensaje. Los
elementos paralingüísticos como el volumen y la entonación deben
coincidir con el mensaje, es decir, ser congruentes con él. Debes
tener conversaciones que sean claras, adaptando el ritmo de tus palabras al
mensaje que deseas transmitir y a la persona que lo está recibiendo.
· Duración
de la conversación. Toda
interacción óptima implica una alternancia equilibrada en el turno de palabra.
Eso implica hablar no muy poco pero tampoco demasiado y no dejar a
la otra persona la oportunidad de expresarse. Es importante que controles
la duración de tu conversación y que te detengas cuando sea necesario a
escuchar a la otra persona.
· Retroalimentación. Consiste
en demostrar que estamos escuchando y comprendiendo a la otra
persona, por ejemplo puedes hacerlo mediante señales atencionales, asintiendo
con la cabeza.
· Preguntas. Debes
hacer preguntas oportunas en las interacciones, manifestando con ellas
tu interés y permitiendo que se mantenga la conversación.
Si no te sientes satisfecho con el modo en que te
relacionas con los demás puedes aprender a ser más asertivo.
Ser más asertivo no sólo mejorará tus relaciones sociales sino tu propia salud
psicológica.
Referencia.-
Blog de Elena Miró
AGRADECIMIENTOS.
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