jueves, 17 de diciembre de 2015

Entrevista a AlfaCrisol en Getafe Radio



Entrevista a AlfaCrisol en Getafe Radio


Esta tarde hablamos con José Antonio Alfageme, Psicólogo de la clínica AlfaCrisol, situada en el municipio de Getafe. Nos hablará sobre los distintos  tratamientos y psicoterapias que podemos encontrar en su consulta.
José Antonio Alfageme, psicólogo clínico colegiado (COP) M-27143. Dirige su propia  consulta privada de psicoterapia “Psicólogo Getafe AlfaCrisol” (Centro Sanitario Autorizado por la Comunidad de Madrid CS11889). Principalmente, se dedica al área clínica (psicoterapia personalizada) además de otras actividades relacionadas con la psicología (talleres, psicoterapia a grupos, informes periciales, supervisión y formación, atención a discapacitados psíquicos, etc …).   







http://getaferadio.com/2015/12/16/jose-antonio-alfageme-psicologo-getafe-alfacrisol/

Gracias a los avances sociales y a la mayor información que todos en general tenemos, la figura del psicólogo se ha hecho más cercana, familiar y conocida. Hoy, el psicólogo, se presenta como una opción más accesible para la mejora de la salud mental y del bienestar general.
La consulta está situada en el centro de Getafe.
Avda. General Palacios, nº 10.
“Psicólogo Getafe AlfaCrisol”

viernes, 4 de diciembre de 2015

DIFERENCIAS ENTRE MIEDO, ANSIEDAD Y ANGUSTIA

El miedo es definido clínicamente como una perturbación angustiosa del ánimo debido a un riesgo o mal que amenaza realmente o que se representa en la imaginación. El miedo es una situación emotiva primaria y fundamental, que está presente en el hombre desde los primeros días de su vida (ausencia de la madre, oscuridad, al oír un fuerte ruido, en la pérdida de un apoyo físico o afectivo, etc.).

Trae consigo fenómenos físicos derivados (variación del pulso y de la respiración, reacciones motoras, etc.); estos fenómenos son esténicos (alta excitación) o asténicos (baja excitación), según que las reacciones emotivas se vean favorecidas o frenadas, respectivamente, y dependen del temperamento individual. El miedo se distingue del temor en que es menos reflexivo que éste; sin embargo, el objeto del miedo es concreto y determinado, lo contrario de lo que ocurre en la angustia.


La ansiedad y el miedo son maneras normales que tenemos para responder hacia peligros percibidos o imaginados. La ansiedad usualmente empieza con un peligro no muy bien definido, mientras que el miedo usualmente empieza cuando hay una situación que está muy bien definida, como un auto que se nos viene encima. Esta relación entre la ansiedad y el miedo se puede graficar de esta manera:

  Ansiedad -----------peligro
         no muy bien definido
 Miedo------------------peligro
         muy bien definido


La ansiedad y el miedo nos causan también muchos síntomas mentales incómodos, como el sentirnos indefensos, la confusión, la aprehensión, la preocupación y los pensamientos negativos repetitivos.

La ansiedad varía desde la leve aprensión de quien prueba la temperatura del agua antes de nadar, hasta el pánico rayano en el caos, de la persona totalmente incapaz de controlar sus funciones corporales. Entre estos dos extremos se encuentran los sentimientos de temor, miedo, irritabilidad, agitación, preocupación, impotencia, inseguridad, tensión, nerviosidad, cobardía, terror, todos ellos, grados diferentes de un sentimiento de incertidumbre en cuanto a la propia seguridad.

La pérdida de la estima también provoca ansiedad. Puede manifestarse como temor al fracaso, temor a ser descubierto como un individuo sin valor alguno o como temor al ridículo.


La angustia es definida como aflicción o congoja. Puede significar una situación psicológica conflictiva a causa de la cual el sujeto vive continuamente en una situación de ansia, debatiéndose entre el deseo y la aversión.

Más genéricamente todavía, puede decirse que la angustia es el tono emotivo con el que el hombre vive una cierta situación con respecto al mundo, significado que la psicología moderna toma de la filosofía. Freud fue un gran estudioso de la angustia y la definió alternativamente como 'reacción del Yo ante el peligro' o 'situación de impotencia'.


        Las más recientes teorías sobre la angustia la definen como 'imposibilidad de ponerse en relación con el mundo'. La angustia no guarda relación con su objeto o causa. Esta es normalmente pequeña y hasta insignificante, mientras que el tono emotivo angustioso puede ser enorme. Generalmente la angustia está vinculada a trastornos físicos, siendo causa o efecto (esto es difícil de determinar) de enfermedades psicosomáticas donde lo físico y lo psíquico se interfieren mutuamente.

“Psicólogo Getafe AlfaCrisol”


miércoles, 28 de octubre de 2015

¿PORQUE LA GENTE NO SE CURA?

En principio todos los terapeutas queremos pensar que todas las personas cuando vienen a la consulta se quieren curar, pero a veces tenemos que aceptar que no es así, que tan solo necesitan compartir su historia, pero no salir de ella.
A menudo la sanación no es un camino valido para esa persona.


Hay diversos motivos por los que la persona no se quiere curar, o no es capaz de acceder a esa curación. Por un lado tenemos que la persona no quiere dejar atrás el pasado o tiene miedo al cambio.


El estar anclados en el pasado hace que no podamos estar en el momento actual al 100%, que estemos malgastando energías de manera inútil en algo que ya no tiene cambio posible. La curación requiere que la persona este en el momento presente. Seguir en ese pasado solo alimenta el resentimiento y la amargura vivida.


No dejar de ser víctima, no perdonar ni querer cerrar la herida tiene que ver con liberarnos de la etiqueta de víctima. Si tuvimos la desgracia de que alguien o algo nos causara un daño, pero al llevarlo al momento presente solo hacemos que ese daño se consolide y se haga más fuerte. Lo mismo pasa con la etiquetas, cuando uno se obsesiona con determinada patología y acaba siendo parte de él.


El cambio supone dejar el estado anterior en el que la persona en ocasiones ha conseguido encontrar el aliento y el apoyo de otros. Este estado de dolor ha conseguido por otro lado un bienestar por este apoyo y por otro ha aprendido que puede conseguir manipular y controlar a los demás. Ante esta situación el cambio puede ser aterrador, puede ser incluso doloroso al tener que abandonar ese bienestar que cubre el dolor e incluso hace que para la persona sea una situación de confort.


Así pues salir de ese estado no es solo poder sino querer y por lo tanto un esfuerzo consciente, con la ayuda necesaria.

Liliana Schmit
Terapeuta Floral Sistema Bach


sábado, 17 de octubre de 2015

El ejercicio es clave para el bienestar psicológico

Si en algo están de acuerdo la mayoría de los expertos en psicología es en asegurar que, a día de hoy, la práctica de cualquier actividad deportiva supone una de las terapias psicológicas más baratas que existen debido a sus innumerables beneficios.


“La falta de actividad deportiva en las sociedades occidentales es uno de los problemas más graves que atentan contra la salud física y mental”, asegura el doctor Carlos Díez, director de los Servicios Médicos Sanitas-Real Madrid.


¿CÓMO AYUDA PSICOLÓGICAMENTE EL DEPORTE?

- La práctica del ejercicio físico aporta muchos efectos beneficiosos a la salud mental de las personas, entre los que destacan:
- Disminuye el estrés: Reduce la ansiedad, la depresión y sus efectos, como irritabilidad y mal humor, pues libera la tensión acumulada.
- Genera motivación: Incrementa la capacidad para saber plantear y afrontar metas desafiantes pero a la vez realistas y alcanzables.
- Agudiza la mente: Aumenta el flujo de oxígeno al cerebro, mejorando la capacidad de aprendizaje, concentración, memoria y estado de alerta.
- Aumenta la autoestima: Al mejorar la imagen corporal e ir alcanzando metas, aumenta la confianza en uno mismo y se desarrolla el espíritu de superación en los demás aspectos de la vida.
- Produce bienestar: Estimula la liberación de endorfinas, que son las hormonas que producen sensación de placer.
- Entretiene: Sirve para distraerse de las preocupaciones, divertirse y brindar un estilo de vida saludable.
- Aporta tolerancia a la frustración: Aprendemos a no desanimarnos y luchar con constancia e intensidad por lo que de verdad queremos, superando los contratiempos que inevitablemente surgirán.
- Reduce la depresión: Cada vez más la actividad física es utilizada como estrategia terapéutica complementaria e incluso, a veces, como alternativa a otras formas de tratamiento para el tratamiento de los problemas de salud mental. Tal es así, que los expertos afirman que las personas activas tienen alrededor de un 40% menos de probabilidades de sufrir síntomas depresivos en comparación con las sedentarias.
Según el director de los Servicios Médicos Sanitas-Real Madrid, “el deporte nos da la posibilidad de aprender a entrenar y potenciar habilidades mentales que nos van a servir para mejorar en el deporte al que somos aficionados así como en cualquier otro ámbito de la vida, ya sea laboral, académico o personal”.




La actividad física, decisiva para el equilibrio mental y el bienestar

El estilo de vida actual genera desequilibrios psicológicos relacionados con el estrés, la ansiedad o la concentración. La solución a estos problemas puede llegar desde una práctica deportiva regular y controlada, ya que proporciona un equilibrio mental que influye en la percepción de un bienestar generalizado.





Practicar ejercicio físico, una nueva actitud mental

 Levantarse del sofá y comenzar a hacer ejercicio permite poner fin a una práctica sedentaria que puede degenerar en enfermedades coronarias o neurovasculares. Ese primer paso supone para el nuevo deportista “un cambio en el estilo de vida importante, un cambio mental”, según afirma el doctor Miguel del Valle Soto, catedrático de la Universidad de Oviedo y delegado del rector para el Deporte y la Salud.

“El bienestar psicológico es la suma de muchas sustancias y de muchos factores”, señala.

Aunque todavía se está estudiando la repercusión del ejercicio físico sobre la salud mental, el deporte actúa sobre el sistema nervioso central, estabilizando determinadas proteínas y evitando la aparición de enfermedades producidas por la ruptura“ del equilibrio de estas sustancias”, afirma Miguel del Valle.
Dentro de las proteínas endógenas generadas por el ejercicio físico, Pablo del Río destaca las endorfinas como neurotransmisores “que son capaces de generar una sensación de relajación y felicidad”.
Por tanto, la mejora del equilibrio mental a partir de la actividad física no es una sensación subjetiva sino un proceso fisiológico objetivo.
Según la opinión del catedrático Miguel del Valle, estos beneficios convierten el ejercicio físico en una actividad que debería ser prescrita en patologías como la ansiedad, la depresión o los trastornos del sueño.



“En cualquier enfermedad mental, y prácticamente en cualquier enfermedad, el ejercicio físico es una pieza clave”, afirma.

“Psicólogo Getafe AlfaCrisol”



domingo, 4 de octubre de 2015

¿Puedo manejar mi dolor?

El dolor es un fenómeno complejo resultante de la interacción de componentes sensoriales, cognitivos y afectivos.  El Sistema Nervioso Central tiene un papel esencial en la inhibición o excitación de la percepción del dolor, dando lugar a un mecanismo por el que los procesos psicológicos pueden modular la señal sensorial. Para la explicación de esta experiencia, destaca la teoría de la compuerta que describieron Mezlack y Wall  en 1965, según la cual, una zona en la médula espinal actúa a modo de “puerta”, regulando la cantidad de mensajes de dolor que pasan hacia centros superiores. Los factores que abrirían la puerta, aumentando el dolor, serían tanto físicos (gravedad y extensión de la lesión) como psicológicos (ansiedad, depresión, pensamientos catastrofistas, focalización de la atención, conductas de queja…). Entre los factores que cerrarían la puerta disminuyendo, por tanto, el dolor se encuentran de nuevo tanto factores físicos: como tratamientos biomédicos; como  comportamentales o psicológicos: como la relajación, la sensación de control sobre el propio dolor,  estrategias de afrontamiento activo, etc.
La persona con dolor crónico suele realizar una serie de comportamientos para adaptarse a esa situación aversiva. En muchos casos, desarrolla estrategias para aliviar o evitar que aumente la intensidad del dolor, sin embargo, aunque estas estrategias puedan funcionar en un plazo corto de tiempo, a veces, son estrategias que pueden acabar facilitando el mantenimiento del dolor e intensificándolo. Por ejemplo, hay personas que sufren dolor de forma crónica y suelen anticipar dicho malestar y sus consecuencias. Estas anticipaciones, sobre todo cuando son frecuentes y catastrofistas, hacen que aumente el miedo al dolor y que se empiecen a desarrollar estrategias para evitarlo, se dejan de realizar muchas actividades y movimientos que se piensen que  puedan provocar dolor. Lógico, ¿verdad? Sí, sin duda cuando el dolor es agudo es una estrategia útil y eficaz pero no cuando el dolor se mantiene a lo largo del tiempo.  Este cese de actividades, por una parte, dirige el foco de la atención al dolor(muchos aspectos de mi vida empiezan a girar en torno al dolor, se piensa de forma recurrente en ello) haciendo que la persona se observe muy frecuentemente, incrementando la intensidad del dolor y de nuevo activando el  miedo al mismo. A largo plazo, la inactividad no sólo debilita los músculos y dificulta la recuperación de la movilidad sino que tiene consecuencias negativas sobre el estado de ánimo.
Este es sólo un ejemplo de la manera en que algunas personas influyen en la cronificación de su dolor, pero hay muchas otras formas de comportarse con respecto al dolor, en función del tipo de dolor y de variables personales. En cualquier caso, el análisis que se deriva de lo explicado hasta aquí es al menos este: Las personas con dolor crónico pueden influir en su propia experiencia de dolor, haciendo que esta se agudice o disminuya. Por supuesto, podemos influir en la dirección contraria a la mostrada en el ejemplo, y éste es uno de los objetivos principales de la intervención psicológica en dolor crónico.
Autora: Rebeca Pardo Cebrián.

Grupo de trabajo del Colegio Oficial de Psicológos de Madrid



domingo, 27 de septiembre de 2015

“Psicólogo Getafe AlfaCrisol” Amplia sus Servicios


“Psicólogo Getafe AlfaCrisol” amplia sus servicios de psicología y psicoterapia, incorporando el área de Psicología Infantil, (Educativa,  Familiar), Pedagogía & Logopedia.

Le invito a que conozca nuestras páginas  webs:  




sábado, 19 de septiembre de 2015

Tratamiento del trauma psicológico

¿Qué es el trauma psicológico? 

  


Generalmente se denomina trauma psíquico o trauma psicológico tanto a un evento que amenaza profundamente el bienestar o la vida de un individuo, como a la consecuencia de ese evento en el aparato o estructura mental o vida emocional del mismo.

El trauma psicológico es el resultado de un doloroso exceso de intensidad emocional que quiebra el funcionamiento mental de un sujeto adulto, o que distorsiona gravemente el desarrollo del funcionamiento mental de un niño. 
  
Los traumas psicológicos más comunes resultan habitualmente de: a) una ruptura en el sentimiento de seguridad básico; b) una carencia de interacción humana necesaria; c ) ser objeto de expresiones excesivas e inadecuadas de agresividad y/o sexualidad. Aunque solemos asociar la palabra trauma a algo masivo y evidente, debemos recordar que también puede ser pequeño y acumulativo. 
  
De la misma manera que los tejidos fisiológicos pueden resistir una cierta fuerza de impacto sin deteriorarse más allá de su capacidad de recuperarse solos, el tejido mental puede resistir una cierta cantidad de impacto emocional sin dañarse más allá de su capacidad de reponerse solo. Sin embargo, a partir de un cierto umbral, el impacto es demasiado fuerte, y modifica de manera negativa, y permanente, los tejidos fisiológicos o la estructura mental del individuo. 
  

A partir de ese momento, si no se aplica un tratamiento, el daño tenderá a cronificarse y a comprometer el resto del funcionamiento del sujeto. Cuando este episodio vivido se re-experimenta con insistencia en el presente causando preocupación y problemas incluso físicos, como falta de sueño, ansiedad, depresión, etcétera, podemos estar frente a un trastorno de estrés postraumático. “El trastorno de estrés postraumático” (TEPT) es una enfermedad real. De este trastorno hablare en otro artículo con más detenimiento. 
  
¿Cómo nos afecta el trauma psicológico? 
  

Sin entrar en grandes complejidades que no tienen cabida aquí, se puede entender la mente como un procesador de estímulos (internos y externos) que los utiliza para mantenerse y crecer. Este procesador también necesita descargar los estímulos que sobrepasan su capacidad de utilizarlos para el crecimiento, y la descarga está frecuentemente asociada a un placer (la actividad creativa, la actividad física, la sexualidad, etc.). A nivel neuronal, todo estímulo crea una activación de las neuronas que tiene que ser tramitada, absorbida o descargada de alguna manera. 
Este sistema procesador de estímulos tiene dos umbrales, uno inferior y otro superior, por debajo y por encima de los cuales no puede funcionar. Por debajo de un determinado umbral de estimulación la mente de un adulto empieza a deteriorarse y la de un niño no se desarrolla. Por encima de un determinado umbral de estimulación la mente de un adulto se rompe por un exceso de carga y la de un niño se distorsiona al intentar adaptarse a ese exceso. Para visualizarlo fácilmente, se puede hacer una analogía con el desarrollo muscular, en el que las cargas a las que están sometidos los músculos tienen que estar dentro de su rango de posibilidades. 

Síntomas de Trauma Psicológico y Emocional.   


Como consecuencia de un evento traumático, o trauma repetido, las personas reaccionamos de diversas maneras, experimentando un rango amplio de reacciones emocionales. No existe una forma correcta de reaccionar ante un trauma, así que no es necesario juzgarte a ti o a las personas alrededor tuyo por sus reacciones. Tus respuestas son reacciones normales ante un acontecimiento anormal.



Síntomas emocionales y psicológicos de un trauma:

·       Conmoción, negación o incredulidad.
·       Ira, irritabilidad, cambios de humor.
·       Culpa, vergüenza.
·       Sentirse triste o desesperanzado.
·       Confusión, dificultad para concentrarse.
·       Ansiedad o miedo.
·       Alejarse de los demás.
·       Sentirse desconectado o aturdido.

Síntomas físicos de trauma:

·       Insomnio y pesadillas.
·       Sobresaltarse fácilmente.
·       Latidos del corazón acelerados.
·       Dolores físicos.
·       Fatiga.
·       Dificultad para concentrarse.
·       Nerviosismo y agitación.
·       Tensión muscular.

Estos síntomas y sensaciones normalmente duran desde unas semanas hasta unos meses, atenuándose gradualmente. Pero incluso cuando ya te sientes mejor, puede ser que tengas momentos difíciles de vez en cuando al recordar emociones o eventos dolorosos, especialmente ante desencadenantes como fechas, o una imagen, sonido o situación, que te recuerda a la situación traumática.

El tratamiento del trauma psicológico 
  

Una característica muy común del trauma psicológico es que suele repetirse a lo largo de la vida del sujeto que ha sufrido el trauma. Esta repetición puede ser evidente, como los recuerdos traumáticos que vuelven sin parar, o menos evidente, como situaciones traumáticas que se repiten en la vida del sujeto sin que éste entienda por qué o sepa reconocerlas.
Quien ha sufrido un trauma suele encontrarse, de manera más o menos inconsciente, en un bucle infernal que repite incesantemente el trauma. Pensamos que esto puede deberse a dos razones: a) la repetición puede tener un elemento de intentar controlar y revivir la experiencia para que, esta vez, se pueda superar o arreglar; b) la repetición puede deberse a que un elemento de la situación traumática engancha con algo inconsciente interno del sujeto que se queda crónicamente sobre-estimulado por el trauma y se tuerce de manera que no puede evitar buscar repetitivamente algo excesivo (o defectuoso).
El tratamiento del trauma, por lo tanto, consiste en ayudar al paciente a salir de la repetición perjudicial y a encontrar maneras de poder procesar y descargar el exceso de estimulación crónica de la que sufre. Este proceso vuelve a poner en marcha el desarrollo de la mente y permite al sujeto a estar más robusto y flexible frente a las adversidades de la vida.


La terapia psicológica puede ayudarnos a expresar emociones, asimilar el trauma,  y poder restituir la capacidad de crecimiento personal, de manera que no interfiera en la vida actual de la persona. 

TTRATAMIENTO ESPECÍFICO DEL TRAUMA PSICOLOGICO Y EMOCIONAL

-EMDR: La Desensibilización y Reproceso por el Movimiento de los Ojos. Es un abordaje psicoterapéutico innovador validado científicamente que acelera el tratamiento de un amplio rango de patologías en el trastorno por estrés postraumático, entre otros.
El método descubierto y desarrollado desde 1987 por la Dra. Francine Shapiro, consiste en usar estimulación bilateral en un protocolo especial relacionado con las situaciones traumáticas que desencadena la desensibilización y el consecuente reproceso de las mismas, acompañado de la desaparición de la sintomatología. 

En “Psicólogo Getafe AlfaCrisol” somos expertos en la aplicación del método EMDR. Estamos a tu disposición en Getafe para ayudarte a superar tu problema.

“Psicólogo Getafe AlfaCrisol”(Centro Sanitario Autorizado por la Comunidad de Madrid nº CS11889) 625 20 33 00 http://www.alfacrisol.com/



sábado, 5 de septiembre de 2015

Cómo Afrontar una Crisis Vital



Podemos definir una Crisis Vital como una etapa especialmente significativa que implica un cambio radical en la vida de una persona. Existen muchos tipos de situaciones que pueden originar una crisis, lo que todas tienen en común es que se trata de eventos que aparecen bruscamente y que afectan profundamente a quien los padece, pues suponen un cambio drástico en su vida.

Hay distintos tipos de crisis:

Pueden ser evolutivas (relacionadas con el desarrollo en las distintas etapas de la vidas) o situacionales (accidentales o repentinas, ocasionadas por causas externas no siempre previsibles).

Algunos ejemplos de crisis vitales son:
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  • Pérdida de un ser querido
  • Enfermedad crónica propia o de un allegado
  • Separaciones de la pareja
  • La independencia de los hijos fuera del hogar
  • El "vivir solo" y la autonomía
  • La adaptación a la convivencia en pareja
  • Toma de decisión sobre una carrera u oficio
  • Cambios de ámbito laboral o puesto de trabajo
  • Mudanzas
  • Desarraigo ante la emigración (mudanza) a una nueva ciudad con patrones culturales diferentes a los de origen


Las crisis ocurren en distintas etapas:

1.     Se eleva la tensión al inicio por el impacto del suceso externo, y se produce ofuscamiento e irritabilidad.
2.     La tensión persiste y aumenta por la incapacidad de enfrentar la nueva situación con la norma habitual de conducta, lo que provoca rabia e incertidumbre.
3.     Al incrementarse la tensión, se movilizan otros recursos: reducción de la amenaza externa, redefinir el problema, pedir ayuda.
4.     Si nada de lo anterior acontece, la tensión aumenta hasta provocar incapacidad y grave desorganización emocional.
La crisis vital no es un trastorno mental, pero es un factor influyente en la calidad de vida y en el bienestar de quien lo experimenta. Todas las personas se encuentran expuestas a sufrir un período de crisis vital en cualquier momento de la vida y es esperable atravesarlo con un intenso malestar emocional, con cambios en las creencias, valores y patrones comportamentales.
El sufrimiento es un aspecto inevitable de la vida, del cual ninguna persona puede escapar. No es positivo ni negativo, es desagradable de experimentar pero permite reflexionar, evaluar alternativas y cambios de comportamiento, también mueve a reformular las creencias y valores subjetivos y con ello los objetivos de vida.

Una crisis se vive con una enorme pérdida de control emocional, ya que las estrategias que la persona suele utilizar cuando se encuentra ante una dificultad no sirven en este caso, lo que aumenta la sensación de incapacidad y ansiedad.

Cómo Superar una Crisis Vital:

·       No es nada fácil, pero ante todo tómatelo como una oportunidad: para cambiar de vida, para desarrollarte personalmente, para evolucionar… una oportunidad al fin y al cabo de aprendizaje y mejora.
·       Mantén la calma: es lógico que tu mente se ponga a mil por hora. Es fundamental conseguir calmarla, porque en caso contrario se dispara la ansiedad y resulta imposible tomar decisiones con claridad.
o    Permítete un momento para liberar tu angustia. Si tienes que llorar llora, eso te va a ayudar a soltar tensión. Si necesitas despotricar, concédete unos minutos (ojo!! m-i-n-u-t-o-s) a solas (que no hace falta que nadie pague el pato).
o    Relaja tu cuerpo con la respiración: un ejercicio muy sencillo y muy eficaz es tomar aire contando mentalmente hasta cuatro, aguantarlo contando de nuevo hasta cuatro y soltarlo despacito contando hasta ocho. Haz dos o tres inspiraciones profundas como ésta y notarás los resultados.
o    No le des carta blanca al dramatismo: la situación en sí ya es bastante complicada como para añadirle más intensidad emocional, utilizando palabras y expresiones catastrofistas. Fíjate en que lenguaje utilizas y modéralo.
·       Toma las riendas: las circunstancias que provocan una crisis suelen pasar por tu vida arrasando como si fueran un tsunami. Pero a pesar de esto siempre te queda un margen de maniobra en el que tú eliges el siguiente paso. Reconócete como parte activa en el problema (¡y en la solución!), no te veas simplemente como una víctima impotente ante las circunstancias. Lo que digas y hagas a partir de ahora también influye, por lo que hazte responsable de tus decisiones cuanto antes.
·       No es momento de reproches ni acusaciones (hacia ti o hacia otros/as): la culpa y el odio no te van a ayudar a salir de ésta. Quizás no sea justo lo que te ha ocurrido pero con lamentos no vas a restablecer el sistema de equilibrio que buscas. Y autocastigarte sólo empeora tu sufrimiento, así que ¡para!.
·       Coge papel y lápiz: poner las cosas por escrito ayuda porque nos obliga a organizar ideas y emociones y le da estructura a nuestro pensamiento.
o    Escribe lo que te ocurre tal y como lo sientes. A continuación, resúmelo en un máximo de 3 líneas de tal forma que lo describas de la forma más objetiva posible. Haz una lista con todas las posibles soluciones que se te ocurran (sin pararte a analizarlas, aunque algunas sean un disparate tú apúntalas). Después, contempla una a una cada alternativa escribiendo sus ventajas y sus inconvenientes. Escoge aquella que te parezca que te va a resultar más beneficiosa (o incluso la combinación de varias) y llévala a cabo. Finalmente analiza los resultados y si es necesario, escoge otra opción.
·       En ocasiones, el impacto emocional es tan potente que no es posible afrontar sus consecuencias sin ayuda externa: saber que ha llegado el momento de contar con una ayuda profesional puntual, que te ofrezca unas opciones más eficaces que las que tú mism@ o tu entorno más cercano te pueden ofrecer para aliviarte y salir adelante, demuestra fortaleza y coraje por tu parte.

Idea clave

Todos/as somos vulnerables a vivir un suceso que suponga un giro inesperado y duro en nuestra vida y no tenemos por qué poder solucionarlo solos/as. En la mayoría de las crisis emocionales resulta necesario contar con ayuda para lograr hacerlas frente de forma eficaz.

Si tienes que pedir ayuda

Si estás pasando por una Crisis Vital y necesitas orientación, te animamos a contactar con “Psicólogo Getafe AlfaCrisol”. Centro Sanitario Autorizado por la Comunidad de Madrid y empezar a trabajar para recuperar tu Estabilidad Emocional.

“Psicólogo Getafe AlfaCrisol”(Centro Sanitario Autorizado por la Comunidad de Madrid nº CS11889) 625 20 33 00http://www.alfacrisol.com/