INTRODUCCIÓN
En muchas ocasiones
nos encontramos que por diferentes motivos no estamos totalmente motivados y
centrados en seguir o iniciar el proceso de terapia. Especialmente en un inicio
de la terapia es importante poner el foco en utilizar estrategias para favorecer
el proceso de cambio y no tanto en técnicas concretas para manejar su
problemática. Es fundamental en estos casos favorecer nuestra responsabilidad y
nuestro compromiso sobre este proceso de cambio, promover una visión optimista
con respecto al proceso de cambio. En este proceso, juega un papel importante
la motivación, en la que nosotros tomamos un rol activo para nuestro cambio que
posiblemente se avecina.
Sabrías determinar en qué fase te encuentras:
· PRECONTEMPLACIÓN: No han considerado que tengan un problema o
que necesiten introducir un cambio en alguna conducta.
· CONTEMPLACIÓN: Es una fase caracterizada por la ambivalencia,
una vez que aparece la toma de conciencia del problema.
· PREPARACIÓN PARA LA ACCIÓN O DETERMINACIÓN: Cuando esa balanza
se inclina hacia el lado del cambio durante un tiempo, la persona pasa a una
fase de determinación o preparación para la acción, toma una decisión.
· ACCIÓN: Es en la que se lleva a cabo el proceso de cambio de la
conducta
· MANTENIMIENTO Y RECAÍDA: Durante la etapa de mantenimiento el
reto consiste en mantener el cambio conseguido y prevenir la recaída.
LA NECESIDAD DEL CAMBIO
Lo sabemos, los cambios cuestan. Los
cambios duelen, pero son necesarios para nuestra evolución como personas con el
fin de encontrar no solo la felicidad, sino el sosiego y nuestra propia
integridad. Resulta curioso por ejemplo que en la cultura oriental la palabra
“cambio” se represente con dos ideogramas que a su vez ilustran dos términos:
“peligro” y “oportunidad”. Realmente significativo.
El cambio es parte de la vida y no un
obstáculo insalvable que alguien pone a propósito en nuestro camino. Debemos
ante todo dejar a un lado todas esas ideas negativas y posibles anticipaciones,
que, seguramente, aún pondrán más espinas en nuestro sendero hacia el cambio.
Porque todo miedo, es el filo de una tijera a punto de cortar nuestras alas. Y
todos tenemos derecho a volar…
LA NECESIDAD DE AFRONTAMIENTO
Por qué los cambios nos producen
miedo o incertidumbre? Pongamos un ejemplo. Debes cambiar tu residencia para
encontrar trabajo o, simplemente, uno mejor. El miedo a no saber si va a ser lo
acertado y si el coste emocional y personal va a valer la pena, es sin duda el
principal temor hacia ese paso determinante que habrá de cambiar nuestra vida.
Sin saber cómo, las personas caemos
en una realidad donde “lo que nos es conocido nos tranquiliza porque sabemos
cómo debemos actuar”. Es decir, estamos en una especie de zona de confort donde
a pesar de no ser plenamente felices en esta burbuja, lo que se haya fuera
parece amenazante.
LA VALENTÍA PERSONAL
Para ser capaces de iniciar o
embarcarnos en ese cambio que tanto deseamos pero que no nos atrevemos a
propiciar, necesitamos en primer lugar ser realistas y conscientes de nuestra
situación. ¿Cómo te sientes en estos momentos? ¿Crees que estás realizado/a
personalmente? ¿Estás en una realidad que de verdad deseas, con las personas
que deseas? Cuando te miras al espejo ¿puedes decirte a ti mismo/a que eres
feliz? Es verdad que pueden ser unas cuestiones muy determinantes, pero ahí
está quizá la naturaleza de la cuestión a indagar, ahí estará tal vez la
necesidad de cambio en algún aspecto de nuestra vida. Sea grande o pequeño.
Todo cambio implica una gran dosis de
valor personal. Nos obliga a adaptarnos a las nuevas condiciones del entorno,
ahí donde hemos de invertir buena parte de nuestro esfuerzo emocional y físico,
a la vez que arriesgar nuestro bienestar y seguridad.
Lo principal es ir exponiéndonos poco
a poco a determinadas situaciones, ahí donde podamos ir desarrollando
estrategias de afrontamiento para salir hacia adelante, e ir aprendiendo al
mismo tiempo. Porque si no nos arriesgamos no alcanzaremos nunca las aptitudes
necesarias para ser valientes. Para arriesgar y tener el control de nuestras propias
vidas.
Perder el miedo es apostar por la
felicidad. Y seguro que también tú deseas alcanzarla.
Agradecimientos.
Gracias por visitar este blog de Psicólogo Getafe AlfaCrisol. Si es la primera vez que estas aquí también te invito a ver otros artículos o a visitar mi página web http://www.alfacrisol.com/, en Getafe (Madrid).
Si deseas contactarme puedes hacerlo mediante teléfono 629 18 58 96 o por mail info@alfacrisol.com
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