La ira es una respuesta natural y
adaptativa que aparece ante situaciones amenazantes, cuando nos sentimos
agredidos, engañados, por sentimientos de frustración, o cuando nos tratan de forma injusta; tiene como objetivo
darnos fuerza para protegernos y poder sobrevivir, es una emoción habitual que
forma parte de nuestra vida cotidiana, generalmente es un sentimiento sano
cuando se puede controlar, pero cuando está fuera de nuestro control se puede
volver destructiva pudiéndonos ocasionar grandes perjuicios. La agresividad
excesiva es insana cuando aparece ante una situación no amenazante o, cuando
existe una pequeña amenaza y nos expresamos con excesiva agresividad.
Hay personas que creen que algunos
sentimientos como la vergüenza, el miedo, la tristeza, los llantos, etc. quien
las manifiesta demuestra un signo de flaqueza, piensan que son emociones que
pueden demostrar debilidad y sobre todo cuando son los hombres quien las
manifiestan. Las emociones ya sean positivas como negativas son saludables
manifestarlas, exteriorizar sentimientos positivos nos es más fácil porque no
tenemos que frenar ningún impulso violento; las caricias o las palabras
afectuosas surgen de forma espontánea y apacible, pero cuando hemos de
manifestar las emociones negativas de forma mesurada y sin agresividad nos es
más difícil, ya que hemos de estar atentos para reprimir los impulsos violentos
para no provocar una situación amenazante que luego es difícil de olvidar. La
ira es un sentimiento que se puede sentir y expresar ya que forma parte de
nuestras conductas, pero no debemos proyectarla contra los demás, hemos de
aprender a expresar con educación la situación que nos hace sentir mal y nos
provoca agresividad, una cosa es comunicar nuestro malestar con corrección y
otra muy distinta, utilizar la agresividad como instrumento de comunicación.
No todas las personas manifiestan la ira
de la misma manera, y hay quienes no la pueden expresar reprimiendo sus sentimientos
violentos, esta reacción puede resultar dañina para la salud psíquica y física
ya que cuando se reprimen los sentimientos pueden provocar, entre otras cosas
problemas cardiovasculares o trastornos de ansiedad y depresión. También hay
personas que manifiestan ira sin que aparentemente suceda ninguna amenaza real,
otras muestran su ira para escenificar su irritación o enfado, de esta manera
creen que dan más énfasis a su contrariedad. Cuando se siente ira existiendo
una amenaza real, éste sentimiento es sano y natural (la agresividad se expresa
en alguna situación real), pero cuando nos sentimos amenazados sin causa
aparente y tenemos comportamientos frecuentes agresivos, la ira que sentimos es
inapropiada.
La ira es un estado emocional de
intensidad variable, desde una ligera irritación hasta una furia violenta.
Cuando sentimos ira aumenta la actividad neuronal y las secreciones hormonales
como la adrenalina, el pulso se acelera, el corazón late rápido, la respiración
se agita; este estado emocional, cuando no lo podemos dominar, nos hace perder
la capacidad de razonar, pudiéndose provocar acciones violentas. Estas
prácticas descontroladas provocan turbación a las personas a quien van
dirigidas induciéndoles miedo y malestar. La ira es un sentimiento contagioso
que puede contaminar a otras personas.
Hay personas que piensan que gritando y
haciendo surgir los impulsos destructivos tienen razón, pero no es así, el
interlocutor muchas veces calla para impedir conductas violentas debido al
estado de tensión y nerviosismo que produce la situación. Este estado de
irritabilidad e inquietud muchas veces condiciona la amistad de por vida,
debido a que nadie quiere relacionarse con una persona que no puede controlar
sus emociones agresivas. La ira no es una respuesta eficaz para comunicarnos,
tendríamos que aprender a manifestar nuestras disconformidades sin agresividad
ni violencia para evitar el malestar que provocan estas conductas, tanto a
nosotros como a los que nos rodean.
Hay personas que pueden manifestar su ira
de forma controlada y constructiva, expresan sus sentimientos de enfado con
seguridad, utilizando argumentos razonados de forma tranquila, sin subir el
tono de voz y sin menospreciar al interlocutor, mientras que otras lo hacen de
modo agresivo e incontrolado, culpando muchas veces de su comportamiento a las
acciones de los demás, sin asumir su responsabilidad de sus actos.
Fuente.- Georgina Bermejo
Agradecimientos.
Gracias por visitar este blog de Psicólogo Getafe AlfaCrisol. Si es la primera vez que estas aquí también te invito a ver otros artículos o a visitar mi página web http://www.alfacrisol.com/, en Getafe (Madrid).
Si deseas contactarme puedes hacerlo mediante teléfono 629 18 58 96 o por mail info@alfacrisol.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Te animo ha realizar cualquier comentario sobre mi Blog