DEFINICIÓN
Entendemos por ACEPTACIÓN una actitud positiva que ayuda a CAMBIAR las cosas “sin cambiarlas por fuera”; la persona aprende así que “en ocasiones” las cosas no son como se esperan, aprende a “tolerar la frustración” que conlleva la vida, aprende a mostrarse paciente y tolerante con los demás y el entorno y aprende que “a pesar de todo” (adversidades, fracasos,…) la vida merece la pena ser vivida.
¿ACEPTACIÓN O RESIGNACIÓN? Descubre el poder transmutador de la
aceptación
A lo largo de nuestra vida, inevitablemente nos encontraremos con situaciones que no serán como deseamos y, por más que queramos, seremos incapaces de cambiarlas para que nos favorezcan.
La pérdida de un ser querido, ser
abandonado por tu pareja, tener una enfermedad incurable, un despido laboral,
suspender un examen final, etc., son situaciones que nos causarán dolor y sobre
las cuales podemos sentirnos completamente indefensos. Aceptar lo que no
podemos cambiar es la mejor vía posible para poder seguir adelante y tener una
vida menos estresante, más pacífica.
Aceptar es abandonar la lucha hacia algo
que no tiene solución (al menos, no la solución que desearíamos) y buscar otras
vías que nos permitan vivir como nos gustaría.
La resignación, en cambio, implica creer
que somos seres indefensos, impotentes, a merced del destino, o simplemente
seres abandonados a la deriva, en un universo sin ningún sentido.
Aceptar el presente tal cual es, sin
embargo, nos libera de una gran cantidad de energía que, de otro modo,
estaríamos desperdiciando en la resistencia, en la oposición a lo que sucede.
La aceptación nos da poder. La
resignación nos quita este poder.
Por su parte, la resignación -nacida del
abatimiento y la impotencia-, nos lleva a la falta de acción, a no tolerar una
determinada situación; como las cosas no resultan como queremos, nos cerramos
completamente y caemos en una actitud pasiva y de
En la resignación, derrotados, nos
llenamos de pensamientos negativos que nos hacen creer que no podemos mejorar nuestra
realidad. Tal estado anímico nos lleva a pensamientos como: “Este es mi sino,
no puedo hacer nada para cambiarlo, nací así, que mala suerte”. Así, solo nos
limitamos a lamentarnos, perdiendo la ilusión de mejorar nuestra vida en el
futuro (y sobre todo en el presente). Nos cerramos a nuevas posibilidades,
tirando la toalla y conformándonos con la vida que tenemos, aunque no nos
guste.
La aceptación no es, por tanto,
sumisión; pero recuerda que, para cambiar algo, antes debes aceptar las cosas.
· Es importante, en ocasiones, DARSE TIEMPO para hacer una asunción positiva o realista de la situación. (Ejemplo: Periodo de duelo por ser querido - Etapas del duelo) Recuerda que el tiempo “doloroso” pasa lento, mientras que éste transcurre más rápido cuando es “entretenido”, “comprometido” o “efectivo”.
· Resulta muy positivo AUMENTAR NUESTRA TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN: Aprender a manejar aquellas situaciones que nos hacen desanimarnos y tener sensaciones desagradables; entender que son situaciones “normales” y que, aunque no nos agraden, pueden ayudarnos a mejorar (sobre los errores) y a superarnos.
· También es interesante ajustar (o disminuir, en ocasiones,) nuestra EXPECTATIVAS en relación a las cosas que esperamos a la REALIDAD.
· Adoptar una actitud más paciente y tolerante en relación a las “cosas que te ocurren” disminuyendo la autoexigencia y la rigidez mental (“Debo ser perfecto”, “nada me debe estropear mis planes para hoy”,….)
· Realizar ANALISIS más realistas de MIS PROBLEMAS. Me puedo preguntar cosas del estilo: ¿Cuánto maniobrabilidad de cambio tengo en este asunto? ,¿este problema depende totalmente de mí?, ¿mi esfuerzo será suficiente?, ¿el tiempo cambiará algo las cosas?,….. Recuerda el dicho: “Si el problema tiene solución, para qué preocuparse. Y si no tiene solución para que te preocupas entonces”.
· En algunas ocasiones la aceptación va a ser más fácil si practicas EL PERDÓN. Te sentirás más aliviado/a de aquella carga emocional que te hacía estar enganchado al pasado.
· Ser sinceros “por dentro”: En ocasiones NOS AUTOENGAÑAMOS, decimos que hemos ACEPTADO tal situación cuando realmente únicamente nos hemos RESIGNADO a ello (con importantes consecuencias negativas: irritación, culpa, estrés,…).
Si piensas que las estas consecuencias son claramente negativas para tu salud y observas que no puedes ACEPTAR tal situación, acude a un profesional que te ayude con tu problema.
AGRADECIMIENTOS.
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